EVEGA; Cooperativa Vitivinícola Arousana; Cooperativa Vitivinícola do Ribeiro.
En el proceso productivo del vino se generan dos tipos de residuos difíciles de valorizar: los restos de poda de los viñedos y el orujo. Los restos de poda, habitualmente se quitan de la parcela y se queman lo que supone un grave problema ambiental debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Su incorporación al suelo de forma directa, o previo compostaje, permitiría su aprovechamiento como fuente de materia orgánica. El orujo que queda después del proceso de despalillado/prensado de la uva, es una fuente rica en carbono, nitrógeno, fósforo y potasio entre otros nutrientes. Con todo, entre sus componentes se encuentran compuestos que pueden inhibir el crecimiento radicular por lo que es necesario un fermentado antes de incorporarlo al suelo. Sus propiedades se mejoran con la obtención de vermicompost. Ni en la utilización de residuos de poda, ni de orujo como fertilizantes se conoce el efecto sobre la biodiversidad del microbioma del suelo, punto llave de la transformación y asimilación de los potenciales compuestos fertilizantes. Conocida la existencia de esta problemática de gestión se pretende, en el marco de una economía circular, establecer un proyecto piloto que valore la viabilidad de la obtención de vinos de calidad altamente sostenibles en base a la valorización de estos residuos como fertilizantes.
En fase de realización